Antes de su demolición, Los Geranios 248 se convierte en un espacio donde arte, tecnología y memoria convergen. María Gracia Cebrecos Loayza revive las historias de esta casa limeña de los cincuenta, transformándola en un tributo cargado de emociones y narrativas.
Más que una exhibición, Los Geranios 248 es un acto íntimo de reconciliación, un diálogo entre lo que fue y lo que ya no puede ser. Es el testimonio de María Gracia Cebrecos Loayza, quien ha decidido llenar los silencios de esta casa, proyectando en ella su propia narrativa antes de que desaparezca bajo el peso de lo inevitable: la demolición.
“Hay algo inquietante en caminar por una casa vacía que guarda tantos secretos. Me obsesiona la idea de escuchar lo que las paredes tienen que contarme antes de que desaparezcan”, comparte la artista. Este espacio fue el hogar de su padre y sus hermanos, pero permaneció deshabitado durante gran parte de su infancia. Ahora, convertido en lienzo, la casa alberga siete proyectos que María Gracia desarrolló previamente en Londres y que vuelven a este lugar para habitarlo una última vez.
Con instalaciones que incluyen proyecciones de mapping, sensores de movimiento, inteligencia artificial y fotografía, el proyecto busca reactivar los ecos del pasado. “Es un acto de desprendimiento, pero también de apego. Es llenar el vacío que deja una memoria que se desvanece”, reflexiona la artista. Cada pieza está diseñada para dialogar con el espacio y su historia, ofreciendo a los visitantes una experiencia envolvente que va más allá de lo visual.
El proyecto no sería posible sin un equipo multidisciplinario. Charles Miró-Quesada colaboró en la curaduría, mientras que José Carlos Rosell y Betty Chávez trabajaron en una instalación que explora el paso del tiempo a través de planos y trazos. Estudiantes de diseño de interiores de la UPC documentaron y recrearon elementos del espacio, mientras que jóvenes de Mecatrónica desarrollaron una obra interactiva inspirada en las persianas de la casa.
“Quería que todos los que contribuyeran sintieran la misma conexión que yo tengo con este lugar. No es solo una casa; es un contenedor de historias que merece ser escuchado”, explica María Gracia.
La muestra es también un tributo a la arquitectura limeña de los años cincuenta. Diseñada por Velaochaga, la casa es un ejemplo del modernismo que poco a poco desaparece en la ciudad, reemplazado por proyectos inmobiliarios. “Este espacio no solo representa mi historia personal, sino también un pedazo de la memoria colectiva de Lima que está en peligro de desaparecer”.
Los Geranios 248 se inaugura el 6 de diciembre y estará abierta hasta el 19 de enero. Como la casa misma, la exhibición tiene fecha de caducidad. “Quiero que quienes la visiten se lleven un pedazo de su historia consigo, porque cuando este lugar ya no esté, serán esas memorias las que mantendrán viva su esencia”.
La obra de María Gracia es un recordatorio de que las casas no solo albergan objetos, sino también emociones, ecos y fragmentos de quienes las habitaron. Los Geranios 248 no es solo una despedida; es una última conversación con el pasado antes de que el presente lo cubra todo.
Dirección: Los Geranios 248, Lince, Lima - Perú
Inauguración: Viernes 6 de diciembre, 6:30 p.m.
Fechas de la exhibición:Del 7 de diciembre al 19 de enero
Jueves a sábados: 5:00 p.m. – 8:30 p.m.
Domingo 19 de enero: Clausura
(La muestra permanecerá cerrada del 25 de diciembre al 7 de enero)
Se pueden programar visitas previa cita escribiendo a cebrecosmg@gmail.com. La exhibición incluye una expo-venta de muebles de estilo europeo restaurados.
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