En el imponente y deshabitado Museo Nacional del Perú, Guardianes de Katherinne Fiedler explora las tensiones entre monumentalidad y abandono, fusionando arquitectura, desierto y la simbólica presencia de perros como metáfora de nuestra identidad cultural.
En el kilómetro 31 de la antigua Panamericana Sur, el Museo Nacional del Perú (MUNA) se alza imponente en el valle de Lurín. Concebido como el museo más grande de América Latina y hogar del patrimonio cultural peruano, este ambicioso proyecto refleja el anhelo republicano de consolidar una memoria colectiva. Sin embargo, a tres años de su inauguración, el MUNA permanece vacío, convertido en un testimonio elocuente de las frágiles políticas culturales del Estado peruano.
Es en este espacio cargado de contradicciones donde Katherinne Fiedler sitúa Guardianes, una videoinstalación de tres canales realizada gracias a la Beca Leonardo de Investigación y Creación Cultural 2023 de la Fundación BBVA. La obra invita a reflexionar sobre las tensiones entre la monumentalidad arquitectónica del museo y el abandono que lo habita, proponiendo una experiencia inmersiva que entrelaza imágenes de sus vastos pasillos, salas desiertas y estructuras colosales.
El recorrido visual, que constantemente reconfigura el espacio arquitectónico, se encuentra con los únicos residentes del MUNA: los perros callejeros que deambulan por sus interiores. Estos animales, profundamente conectados con la iconografía precolombina como guías espirituales y protectores, refuerzan la narrativa de un presente que convive con su pasado. En la instalación, los perros se convierten en metáforas vivas de la búsqueda de una identidad cultural, observadores silenciosos de un espacio que, aunque moderno, parece inacabado y ajeno a sus intenciones originales.
"Durante mi recorrido en solitario, sentí como si alguien me siguiera. Al girarme, me sorprendió encontrarme con unos perros que me observaban fijamente desde el otro extremo de un pasillo. Fue esa imagen, tan poderosa y simbólica, la que dio origen a la idea de Guardianes.
Recorrer los pasillos desiertos y las salas amplias, sin colecciones ni público, me generó una sensación de soledad y abandono, no solo del espacio físico, sino también de lo que este simbolizaba. Al notar la presencia de los perros, lo primero que sentí fue un poco de miedo, mezclado con fascinación por la potencia de la imagen de la que estaba siendo parte. En los días posteriores, mientras reflexionaba sobre por qué esa imagen me había impactado tanto, empecé a pensar en la conexión entre estos animales, que están presentes en la iconografía prehispánica, el pasado ancestral y el presente. No había colección de objetos, sin embargo, los perros estaban allí adentro, vivos.
Al filmar y editar, esa imagen inicial –la de los perros mirándome desde dentro del museo– se convirtió en “mi eje”, al cual he regresado mental y emocionalmente durante el proyecto. Al salir del museo, pregunté a los vigilantes sobre los perros y me dijeron: «Ellos vienen desde que empezó la construcción; les dimos comida y siguieron viniendo. Son perros callejeros, probablemente del asentamiento de al lado… ahora son los guardianes del museo». Esa respuesta, casi casual, terminó dándole título a la obra", declara Katherine Fiedler para Artishock.
Con el diseño sonoro de Pauchi Sasaki y la dirección curatorial de José-Carlos Mariátegui, Guardianes amplifica las tensiones entre naturaleza y cultura. El MUNA, situado en un paisaje desértico, aparece como un lugar de promesa y conflicto donde convergen la preservación del patrimonio, las demandas de la naturaleza y las crecientes necesidades sociales.
Fiedler, artista multidisciplinar con una trayectoria dedicada a explorar las intersecciones entre lo natural y lo cultural, logra en Guardianes una obra que no solo documenta, sino que interpela. Al final, el MUNA se revela no solo como un edificio vacío, sino como un reflejo de nuestras propias contradicciones: un lugar donde la modernidad aún no logra encontrar su propósito y donde la memoria, encarnada en los "guardianes", sigue reclamando su lugar.
Sala 2 del Museo de Arte Contemporáneo de Lima – MAC Lima
Fecha de cierre: 24 de noviembre
Dirección: Av. Grau 1511, Barranco
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