La galería Lengua Franca presenta Euforia, cuarta individual del francés Mathieu L’Hôte. Situándose entre el abstraccionismo y el arte urbano, recrea el ambiente de una escuela abandonada de Marsella donde se hicieron la mayoría de las obras.
Vidrios rotos, papeles, panfletos y otros despojos son la materia prima con la cual el artista sitúa al espectador dentro de su propio simulacro en ruinas para formular preguntas. Por ejemplo, cómo el arte podría ir más allá de un simple objeto estético para funcionar también como herramienta de protesta y atención por los espacios públicos abandonados devenidos en refugios para personas que viven fuera de los márgenes de la sociedad.
¿Qué te inspiró a recrear el ambiente de una escuela abandonada en Marsella para tu exposición "Euforia" en Perú?
Para contextualizar, el espacio fue un “lugar de estudios”, no se sabe si fue un colegio, un instituto o un centro de formación. Se encuentra en la región sureste de Francia, llamada Provence, entre las ciudades de Tolón y Marsella. La gran mayoría de las pinturas presentadas en mi cuarta exposición individual “EUFORIA” fueron pintadas en este lugar.
La idea ha sido en traer a la galería objetos encontrados en este lugar, como documentos, trozos de puerta, manijas o dibujos de niños para así proponer al visitante una inmersión en la atmósfera en la cual se crearon las obras expuestas en la muestra.
Para recrear dicho ambiente, ha sido importante el tema de la autenticidad y transparencia frente al público: absolutamente todos los objetos, incluyendo el vidrio roto, se han traído desde este lugar en Francia. Algunos de ellos encontrados allí o dejados tras las sesiones de pintura: guantes, latas de pintura, trozos de madera, esponjas.
¿Por qué crees que es importante traer esta propuesta a Perú y cómo esperas que resuene con la audiencia local?
Perú es mi país de adopción y estoy contento de que la exposición esté aquí. Estoy también contento de haber probado, junto con la galería Lengua Franca, que es posible con una gran inversión de tiempo y buena organización, montar una exposición internacional. ¡Lo hicimos!
Desde hace algunos años trato de llevar la pintura a otros planos: salir del cuadro colgado en una pared blanca. En mi tercera exposición individual llamada “VISUAL CONTAMINACION” se trataban de paneles grandes en banner (como los paneles de propaganda comercial o política) pintados y plantados con postes de eucalipto en el jardín de la Alianza Francesa, en Miraflores. La exposición hasta se podía ver desde la calle misma, desde el bus y en acceso libre para todos.
En el caso de EUFORIA, es en gran parte el soporte mismo que rigió en el montaje. Algunos cuadros están colgados a la pared; pero la gran mayoría, están colgando desde el techo. Existen tres obras que se pintaron directamente en papeles encontrados en el lugar abandonado, es decir que detrás tienen trabajos de estudiantes o apuntes que me parecen ser parte de la obra y que quiero dar a conocer al visitante. Para exponer ambas caras, merecían estar colgadas.
¿Qué te llevó a utilizar despojos y elementos encontrados en el espacio abandonado como parte de tu proceso creativo?
Es el hecho de probar nuevas cosas lo que me llevó a utilizar despojos y elementos encontrados en el espacio abandonado en el proceso creativo de EUFORIA. La búsqueda de nuevos efectos con nuevas herramientas, usando técnicas diferentes. También está el hecho de valorar lo imprevisto, componer con lo inesperado y todo ello en un tiempo reducido y en un ambiente exterior no tan seguro como lo es dentro de un taller.
¿Cómo describirías el proceso de crear estas obras dentro de un entorno destinado a desaparecer? ¿Qué desafíos enfrentaste durante este proceso?
¡Es la sensación de una libertad casi total! El espacio es grande, compuesto por unos siete u ocho pabellones, la mayoría con varios pisos. El número de paredes y soportes, con diferentes texturas es ilimitado y da una gran sensación de libertad.
Por ser un lugar abandonado y descuidado, está expuesto a topo tipo de ingreso por lo que no se sabe bien con quien uno se puede cruzar. Ese aspecto es una parte integrante a lo largo de todo el proceso. Por otra parte, no hay ningún punto de luz ni de agua, entonces siempre había una logística de las herramientas que se llevan al lugar, como parte inherente a todas las sesiones de pintura.
Todas las pinturas de EUFORIA se produjeron durante el invierno europeo que suele ser frío, y sobre todo con la luz natural que empieza a bajar sobre las 4 pm. Esto implicaba una rapidez de ejecución, sesiones muy concentradas con mucha intensidad y poca previsión; es un ritmo que me ha gustado bastante.
¿Qué tipo de reflexiones esperas provocar en la audiencia a través de tu trabajo, especialmente en términos de la relación entre la creación y la destrucción?
Se puede reflexionar sobre la belleza y el valor de lo efímero en el arte. Concientizar sobre el hecho que el arte no siempre se encuentra donde uno lo espera. En este caso, el arte tiene esa función de invasión por medio de un acto creativo y libre. Las obras expuestas en EUFORIA finalmente son pedazos o amputaciones de pinturas murales más grandes que en algún momento desaparecerán junto con el colegio abandonado.
También conlleva a una reflexión sobre esta técnica desarrollada de quedarse con una parte de estas pinturas murales bajo forma de lienzos o papeles. Estas obras sí escapan a lo efímero e ingresan a un circuito clásico: galería, exposición, colecciones, mercado de arte etc.
En cuanto al lugar abandonado, la destrucción puede llegar más rápido de lo pensado (risas). Efectivamente, la última vez que estuve allí se encontré un gran contenedor de obra, en el medio de lo que probablemente era el patio de recreo, en el cual se había puesto todo el vidrio que quedaba de las ventanas rotas. Supe también que hace algunas semanas la policía estaba rondando el lugar, particularmente por los dos puntos de acceso.
Es interesante el hecho que suceda ello justo durante las fechas de esta exposición.
Contacto : www.instagram.com/mlhote91
Dirección: Casa Fugaz: Jr. Constitución 250, Callao
Horario: De martes a domingo de 11 a.m. a 6 p.m.
Fecha: Del 2 de marzo al 10 de abril.
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