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Foto del escritorCzar Gutierrez

El baile de las partículas

Yiriane Kahn, artista dominicano-peruana afincada en Madrid, propone una red abierta de relaciones cruzadas en dieciséis inquietantes artefactos plásticos: Fragmentos es una muestra tan perturbadora como indispensable. Se inaugura esta noche en La Galería de San Isidro.


Escribe: Czar Gutiérrez



Son pedazos rotos que parecen haber salido de la ruptura de otros cuerpos menores, que también están flotando en perturbadoras cajas transparentes procedentes de espacios sin gravedad. Los límites semánticos son difusos, pero están relacionados. El conjunto, sin duda, desarrolla una idea matriz: crear agrupaciones de imágenes interconectadas para que entre ellas se establezcan nuevas correspondencias, de manera que haya un flujo continuo. Tanto que, al final, el espectador termine creando su propia cartografía. Una capaz de generar relecturas. Además, persuade a un juego mnemotécnico en el cerebro del observador.

Una especie de Atlas Mnemosyne, obra capital del no menos célebre historiador alemán Aby Warburg (1866-1929). Como se sabe, el trabajo del famoso “hamburgués de corazón, judío de nacimiento y florentino de espíritu” es un gran poema visual que evoca e invoca imágenes que alternan con laberínticas notas infrapaginales, innumerables borradores manuscritos, cajas de fichas, esquemas, fototecas y hasta la clasificación de una biblioteca. Dispositivo abierto, fecundo, inagotable, poderoso e inconcluso. Compuesto de láminas y láminas, ese atlas no es sino la matriz de los desequilibrios de Warburg: la genial respuesta a una situación psíquica que lo mantuvo recluso y estéril entre las paredes del sanatorio de Kreuzlingen de 1921 a 1924.

Yriane Kahn (39), artista nacida en Santo Domingo y formada en la escuela de artes de la PUCP, leyó el trabajo Didi-Huberman sobre el Atlas Mnemosyne de Aby Warburg y ese fue uno de los grandes detonantes de Fragmentos, la exposición que inaugura esta noche. Kahn acaba de llegar de Madrid, donde vive. Se fue hace algunos años para obtener un máster en investigación, arte y creación por la universidad Complutense. Aquella tesis exploró, precisamente, el concepto del ‘fragmento’ como hilo conductor para analizar e investigar lo que ocurre al interior de ese rico imaginario que llamamos creación.

En esta (felizmente) extensa entrevista, Kahn aborda ese y algunos otros asuntos claves.



Tu itinerario de vida señala a Santo Domingo como tu lugar de nacimiento y Lima como el de tu crecimiento. ¿Cómo conectan ambas ciudades / países en tu formación artística?

 

Nací en República Dominicana y cuando tenía un año, mi familia se trasladó a Perú por el trabajo de mi padre. En Perú me crié y empecé mi carrera de arte en la PUCP. Santo Domingo siempre fue la ciudad que visitaba durante las vacaciones para ver a la familia de mi madre. La huella que me deja esa ciudad es su cultura alegre y cálida, sus paisajes tropicales y paradisíacos, y el turquesa que tanto la representa. En cuanto a mi formación académica, la recibí en Perú, como mencioné, en la PUCP. Después de tres años de estudios en bellas artes, me trasladé a Barcelona, a la UB, donde me gradué con el título en Bellas Artes. Creo que la transición y los viajes que hice en mi niñez y adolescencia siempre formaron parte de mi desarrollo artístico. El hecho hecho de vivir y experimentar distintas realidades, culturas y personas ha influido en quién soy y se refleja en mi obra.


Recuerda tus años de formación en la facultad de Artes de la PUCP, por favor.

 

Recuerdo mis años de formación en la facultad de Artes de la PUCP como una época muy divertida y retadora. Siempre sentí admiración y respeto por Julia Navarrete y Alejo Alayza, al punto de ponerme nerviosa cuando entraban al salón. Los dos primeros años fueron maravillosos debido a la variedad de cursos que teníamos que tomar en los estudios generales de arte. Siempre tuve la intención de especializarme en pintura, pero después de esos dos años, me sentí confundida y quise continuar también con grabado y escultura. Elegí la especialidad de pintura, pero tomé todos los cursos electivos relacionados con escultura y grabado. Sin embargo, llegó un momento en que no podía seguir avanzando con grabado y escultura, ya que no había más electivos disponibles. Sentí que había cosas que me limitaban un poco y, por varios factores, se me ocurrió volver a Europa para estudiar. Digo volver porque, a los 18 años, apenas terminé el colegio me fui a París a la Sorbona para estudiar lengua y civilización francesa por seis meses. Al finalizar el curso, quise entrar a la Escuela de Bellas Artes, pero mi padre me pidió que volviera a Lima y empezara mi carrera en la PUCP para asentar más mis raíces, que estaban dispersas entre República Dominicana y mis hermanos por parte de padre en Argentina. Después de tres años y medio en la facultad de Bellas Artes, me trasladé a Barcelona. En Barcelona, sentí una gran diferencia académica. Estaba acostumbrada en la PUCP a un espacio académico más conservador, con pilares en el modernismo. En Barcelona, los alumnos elegían su rumbo de cursos y estudios. Ahí mi formación dio un giro y me interesé mucho por la escultura y el arte en el espacio público. Tomé la mayoría de los cursos relacionados con esto, como técnicas y tecnologías del arte, y me encantaron las clases de fotografía que llevé con Mariano Zuzunaga, gran fotógrafo peruano con el que siempre me sentía feliz de participar en sus clases. Las clases de arte público eran un lujo, donde nos llevaban por toda la ciudad para analizar las esculturas e intervenciones en el espacio urbano.


¿Desde entonces te decantas por el no-figurativo?

 

Creo que me decanto por el arte no figurativo desde antes de entrar a la PUCP. Ya en el colegio, al tomar el Bachillerato Internacional, el curso de IB Art fue mi curso más importante. En ese entonces, lo dictaba la artista Augusta Sarria, y ya en ese curso todos mis trabajos tenían un lenguaje no-figurativo. Quizás la facultad de arte de la PUCP y su manera de enseñar, a través de ejercicios como abstraer el bodegón, me empoderaron en ese lenguaje no figurativo en el que me sentía tan cómoda desarrollándome

 

¿Por qué decides irte a Madrid?


Porque quería hacer un máster relacionado con el arte, especialmente en el ámbito de la investigación. Sentía una gran "hambre" por entender más sobre lo que estaba pasando artísticamente en Europa. En 2018, intenté postular a la Sorbona en París a un Máster en Bellas Artes, pero no me aceptaron. Recién durante la pandemia, mis ganas de encontrar dónde hacer el máster que tanto soñaba volvieron a surgir. La verdad es que me golpeó el que no me aceptaran en París, pero creo que todo pasa por algo. En 2022, apliqué al Máster de Investigación, Arte y Creación en Madrid y a uno muy parecido en Valencia. Ambos me aceptaron y por temas personales decidí por el de Madrid.


“Esta exhibición es el resultado del proceso de investigación que Yiriane viene desarrollando hace dos años”, dice la NdP. ¿A qué investigación concretamente refiere?

 

La investigación a la que se refiere comenzó como parte de mi Trabajo de Fin de Máster (TFM) en el Máster de Investigación, Arte y Creación en la Universidad Complutense. Esta investigación explora el concepto del "fragmento" como hilo conductor para analizar e investigar diversos temas en el ámbito del imaginario de la creación. A través de un testimonio personal, se examina cómo el fragmento refleja la identidad en constante movimiento y se convierte en un medio para comprender las raíces familiares, los cambios, las transformaciones, los viajes, las migraciones y las culturas. En la práctica artística, la obra "Fragmentos" evidencia la composición y el significado de estas fracciones, utilizando el cartón como material principal. Se analiza cómo el cartón se reutiliza y transforma en múltiples capas de información e historia. Este análisis busca comprender estos conceptos desde una perspectiva personal y contemporánea, explorando el fragmento, la abstracción, la migración, el sincretismo y las culturas híbridas. El fragmento se presenta como una iniciativa para observar y narrar de manera diferente, opuesta a la totalidad, permitiendo la reflexión y la comprensión. Además, el fragmento se convierte en una metáfora reveladora en la imagen, imaginación y memoria, llevándonos a cuestionar la forma en que percibimos. Ahora, no es solo una obra, sino varias obras con diversos materiales que, en conjunto, conforman esta muestra y son el resultado de dos años de investigación y creación artística.


El concepto de "fragmento" tiene enormes connotaciones en la filosofía y el arte: desde Heráclito y su idea del cambio constante (panta rhei) hasta Kierkegaard y Nietzsche que enfatizan la experiencia subjetiva como desarticulada e incompleta. Filósofos como Lyotard y Derrida argumentan que la realidad es fragmentada. Picasso (cubismo) o Duchamp (ready-mades) utilizaron fragmentos para desafiar percepciones y crear nuevas experiencias estéticas. "La tierra baldía" de Eliot retrata la complejidad e incertidumbre de la vida moderna a través de narrativas desarticuladas. En la música y el arte performático, Cage emplea la fragmentación para crear estructuras no convencionales y composiciones no lineales para desafiar las expectativas del público. ¿Tu obra se inscribe en esa línea?

 

¡Wow! Me encanta cómo aplicas estos referentes para ver si mi obra se inscribe en esa línea. En mi investigación, iniciada para mi TFM, he explorado el concepto del "fragmento" como hilo conductor para analizar diversos temas en el ámbito del imaginario creativo. Este concepto está profundamente arraigado en mi simbología personal. El fragmento, como una parte que surge de la ruptura de una totalidad, puede adquirir una identidad propia y diferente de la unidad de la que proviene. Esto se asemeja a la teoría del Nuevo Realismo del filósofo alemán Markus Gabriel, que sostiene que la realidad es plural y no privilegia una capa de realidad sobre otra (Grasset, 2019). Un fragmento puede emerger de manera independiente, sin conexión directa con su origen. En mi obra, el fragmento se convierte en un medio para explorar y reflejar la identidad en constante movimiento. A través de la práctica artística, utilizo diversos materiales y expresiones para evidenciar la composición y el significado de estos fragmentos. Esto me permite investigar conceptos como la abstracción, la migración, el sincretismo y las culturas híbridas. Ahora también estoy interesada en el lado “invisible” del fragmento, que estoy experimentando en la etapa de gestación en la que me encuentro. La fragmentación en mi trabajo invita a la reflexión y a la comprensión de la complejidad de nuestra percepción y memoria. Muchas de las obras en "Fragmentos" buscan cuestionar cómo percibimos y sentimos las imágenes en un mundo inundado de información visual. Como dice Pilar Carrera: "Percibir como imagen es el territorio del fragmento" (Carrera, 2022). Otro aspecto clave en mi investigación ha sido la lectura de Didi-Huberman, su trabajo sobre el "Atlas Mnemosyne" de Aby Warburg. Esto me hizo entender que el montaje es de suma importancia en el proceso de producción artística de "Fragmentos". El montaje en si de las obras en la exposición y el montaje de algunas piezas que están dentro de cajas de acrílico. En las obras que están hechas de cartón y dentro de cajas de acrílico sucede un juego con la memoria del observador permite que, de manera mágica, se refugie en alguno de esos fragmentos o en la totalidad de la obra. Los fragmentos dan la sensación de estar flotando, naciendo de la ruptura de otros fragmentos. El propio montaje le otorga al tiempo un lugar, dándole la sensación de congelación, y la imagen se compone de fragmentos discontinuos que van conectando. El montaje nos brinda una visión similar al "Atlas Mnemosyne", que es móvil, dinámico, abierto e híbrido. Nos invita a sumergirnos en un tiempo y lugar sin fronteras. No presenta una única línea narrativa, sino que está compuesto por fragmentos que permiten una naturaleza abierta a la imaginación de cada uno. La filosofía de Heráclito sobre el cambio constante ("panta rhei") también resuena en mi enfoque. La idea de que la naturaleza de la vida es el cambio, y que resistirse al cambio es resistirse a la vida, se refleja en mi uso del fragmento como símbolo de transformación continua. En resumen, mi obra sí se inscribe en esa línea de exploración del fragmento como medio para desafiar percepciones y crear nuevas experiencias estéticas, reflejando la realidad contemporánea de manera plural y dinámica. 

¿Qué (otras) influencias pictóricas y de otra naturaleza reconoces?

 

Creo que en la respuesta anterior he mencionado ya varias influencias. Actualmente, estoy muy influenciada por un proyecto llamado (IN)visible, del cual formo parte del colectivo artístico liderado por la francesa Marion Peylet, junto a las artistas plásticas Karine Lahannier y Mai Khanhn Pham To, y la perfumista Éléonore de Staël. Estamos trabajando en una exposición multisensorial donde lo visible se encuentra con lo invisible. René Magritte dijo: “Todo lo que es visible esconde algo que es invisible,” y esta cita resume perfectamente la esencia de mi exploración artística en este momento.

 

¿Cómo describirías la conexión entre el concepto de "fragmento" y tu experiencia como artista durante tu embarazo?

 

Estar embarazada es un fragmento muy importante en mi vida. Actualmente, siento que hay mucho del embarazo que es invisible a nuestro exterior, y esto se refleja en mi arte, que siempre está relacionado con la vida. Estoy embarazada por tercera vez después de 10 años. Mi hija mayor, Azul, ha influido en mi paleta de colores desde que estaba embarazada de ella, con el color azul predominando en mis obras. Durante mi segundo embarazo, realicé la exposición Eclosión, donde conectaba con la naturaleza y la eclosión de la vida misma. Ahora, Fragmentos me hace reflexionar sobre este fragmento tan valioso e importante de crear y tener vida dentro de mí.

 

Siendo cada obra a la vez un todo y una parte, ¿cómo equilibras esta dualidad en la presentación del conjunto?

 

En la presentación del conjunto artístico se puede equilibrar la dualidad entre considerar cada obra como un todo independiente y como parte integrante del conjunto, similar a la naturaleza de un jardín de flores. Cada flor en un jardín es única y hermosa por sí misma, pero al mismo tiempo, todas juntas crean un paisaje armonioso y complementario. Del mismo modo, cada obra de arte puede destacar por sus propias cualidades distintivas, pero al exhibirse en conjunto, forman una colección cohesionada y equilibrada que realza la belleza y significado de cada una de ellas.

 

¿Cómo exploras la identidad personal y colectiva a través de tus pinturas?

 

Exploro la identidad personal y colectiva a través de mis pinturas utilizando colores y formas que se inspiran en relatos, paisajes, vivencias y sentimientos de mi entorno. Estos elementos se fusionan en mi proceso creativo para reflejar tanto mi experiencia individual como aspectos compartidos por mi comunidad o sociedad. Así, mis obras se convierten en una expresión visual de las diversas capas de identidad que conforman mi ser, entrelazando lo personal con lo colectivo.

Para escribir sobre tu obra, alguien epigrafía a Georges Didi-Huberman en "Ante el tiempo: Historia del Arte y anacronismo de las imágenes". ¿Tu obra posee una temporalidad propia que trasciende su época original y se proyecta hacia el futuro?

 

Mi interpretación de la cita de Georges Didi-Huberman destaca cómo el significado de una imagen puede evolucionar a lo largo del tiempo y según el observador. Aunque considero que mi obra no posee una temporalidad propia que vaya más allá de su época original para proyectarse hacia el futuro, sí reconozco la influencia del tiempo en la evolución de las interpretaciones artísticas en general. En lugar de atribuir este fenómeno específicamente a mi trabajo, lo percibo como una característica inherente a todas las imágenes y obras de arte. Se dice que una obra de arte nunca muere; más bien, con el paso del tiempo, la imagen que estoy creando actualmente adquirirá una mayor profundidad histórica y significado en la memoria colectiva.

 

¿Cómo crees que se reinterprete / resignifique tu obra a lo largo del tiempo? ¿Revelará capas de significado relevantes en contextos distintos a este, en el que fueron creadas?

 

A lo largo del tiempo, considero que mi obra podría ser reinterpretada o resignificada de formas diversas. Al mantener un enfoque altamente pictórico, orgánico y manual en mi trabajo, sin una fuerte integración de tecnología, podría surgir una relevante yuxtaposición con el avance tecnológico acelerado de la sociedad actual. En un futuro cada vez más dominado por la tecnología, existe la posibilidad de que se aprecien nuevas capas de significado en mi obra, especialmente en contraste con un entorno saturado de lo digital. Esta diferencia podría llevar a una mayor apreciación de las habilidades naturales y la artesanía humanas que mi obra encarna, lo que podría generar una valoración diferente y reflexiva en contextos futuros distintos al de su creación original.


¿Cómo esperas que los espectadores perciban y se relacionen con tu obra? ¿Qué sensación te gustaría que se llevaran después de visitar tu exhibición?

 

Me gustaría que los espectadores percibieran y se relacionaran con mi obra de una manera personal y libre. Creo que parte del encanto de una obra no figurativa radica en que cada individuo puede encontrar su propia interpretación y significado en ella. A menudo, he aprendido de mi obra a través de los comentarios y perspectivas de los espectadores durante mis exposiciones.


   

Inauguración: miércoles 10 de julio, 7.00 p.m.

Lugar: La Galería.

Dirección: Conde de la Monclova 255 – San Isidro.

Hasta: el 10 de agosto.

Horario: De lunes a viernes de 11 a 7 p.m. Sábados de 3 a 7 pm.

Ingreso: Libre.

 

 

 



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