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Foto del escritorCzar Gutierrez

Cartografías del exilio: cuerpos, fronteras y desarraigos en la modernidad líquida

Actualizado: hace 2 horas

Cuarenta artistas procedentes de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú desembarcan en Monumental Callao para abordar algo más que el desplazamiento: Desde la otra orilla: Migraciones, un mapa corporal con la curaduría de Ricardo Villarroel Corvalán, Marco Durán y Juan Peralta.  Este ensayo lo celebra. Escribe: Czar Gutiérrez

 

¨Principia" de Chini Polar, serpenteante herida limítrofe entre Tijuana y San Diego.

Leo el título de la muestra y me pregunto: ¿Qué orilla no es siempre el reflejo de la ausencia de la otra?

 

Porque, claro, la migración no sólo es un fenómeno de tránsito físico: es la deslocalización ontológica que problematiza cualquier categoría fija con la que intentamos organizar el caos de lo real. Por eso, tanto la llegada de una constelación de artistas a Casa Fugaz —otra proeza de su directora, dicho sea de paso— como ese traslado hacia la "otra orilla", evocan un dualismo especialmente sensible a la hora de entender el potencial transgresor que se oculta tras cualquier desplazamiento. Como advertiría Baudrillard, la simulación de las fronteras ya no responde a una lógica de lo territorial sino a la de lo hiperreal: el migrante deviene en el símbolo flotante de un sistema que produce muchos signos y muchos vacíos. Y este será un tímido intento de desvelarlos. De viajar con ellos.

 

Allá vamos:


Perspectiva migrante en Casa Fugaz. Foto: Paula Farias.

(i) El cuerpo migrante, esa aporía.

 

¿Qué ocurre cuando pensamos el cuerpo migrante como un territorio visual? Lo más probable es que la imagen que se genere no sea la de un cuerpo en el sentido tradicional sino la de un corps sans organes, en términos deleuzianos. Un cuerpo que se ha dislocado de cualquier narrativa de coherencia. Una silueta en estado de fuga perpetua. El dueto Deleuze-Guattari, tan útil en esta emergencia, explorará este concepto en Mille Plateaux. 


En efecto, hipócrita lector: el nomadismo, más allá de una condición geográfica, es una forma de resistencia ante la captura de las fuerzas del poder. El cuerpo migrante como campo fértil para los devenires. Un espacio que vulnera las nociones de pertenencia, ciudadanía o territorio. A propósito, recuerdo a Roland Barthes y Roland Barthes nos recuerda que todo cuerpo es un texto y en toda muestra sobre inmigración los cuerpos-texto se desplazan, se interrumpen, se traducen y se pierden. Porque el cuerpo nómada habita en la aporía, en esa contradicción imposible donde la ausencia de lugar se convierte en su única condición de ser y de ser.

Higa en su sardónica instalación.

(ii) Dislocación del ser:

 

La triple curaduría de Desde la otra orilla acierta en sus derivas y postulados axiomáticos. Aunque yo creo que la migración, esa traslación a través de espacios geopolíticos, todo lo desborda: es una crisis que también invoca las teorías de Martin Heidegger sobre el ser-en-el-mundo. Es decir, ¿qué significa estar cuando el ser está constantemente siendo deslocalizado? Embarcar al célebre teutón en este (nuestro) viaje, hipócrita lector, resulta pertinente porque nos recuerda que el ser nunca está en reposo, siempre está proyectándose hacia lo que todavía no es.


Esta temporalidad fracturada aparece en la obra de artistas como Haroldo Higa: en su instalación edificada con paletas de madera de chupete y cola de carpintero, “La ironía de la aceptación”, metaforiza al mochilero enfrentado a un cartel que dice bienvenido y entonces, inmediatamente, detona en el espectador avisado una pregunta urgente: ¿Bienvenido a dónde? Porque, en todos los sentidos, el migrante está atrapado en una temporalidad dislocada: el pasado no tiene retorno y el futuro es pura contingencia.   ¿Y qué se escucha en esa “Caja de recuerdos de los paisajes que soy” de Aureliano Lecca? Diversas frecuencias electrónicas fusionadas con sonidos de Cusco, Lima, Nueva York y Ciudad de México. Esa fuga perpetua también está en el olor de la tierra, en el sonido de la quena y en la majestuosidad de las montañas que retrata Carlos Llerena. Está en esos 3’45” del videoarte “Horizontes de tránsito” en el que Paula Farías Lorca fusiona tonos y texturas sobre un horizonte en cambio perpetuo: La Incertidumbre. Está en el “Arraigo de confluencias” donde la artista austral Claudia Monsalves Toro borda e imprime sobre tela cruda el mar cual metáfora del movimiento cíclico e incesante de la piel del agua: imposibilitados de ver el fondo, todo queda en la superficie. Al final, todos son dispositivos que nos revelan esa condición ontológica de no-pertenencia del ser que viaja. 


Artista: Paula García. Nacionalidad: Chile. Título de la Obra: 136. Año: 2024 Técnica / Materialidad: Textil, parche curitas sobre tela. Dimensiones: 150 x 80 cms. Foto: Paula García

(iii) Movilidad y alteridad: evaporación de identidad.

 

Si nos ponemos de acuerdo y entendemos la movilidad como un acto de transgresión frente a las estructuras del Estado-nación, estaremos pisando los peligrosísimos territorios de lo que Étienne Balibar denominó ciudadanía transnacional. No es necesario estar en la exposición (escribo esto lejos de Lima) para tener la certeza de que Desde la otra orilla: Migraciones, un mapa corporal invita a pensar en la alteridad no como el otro exotizado, sino como el resultado de un proceso de fragmentación de la identidad.


Véanse, si no, la serie de serigrafías en papel y la intervención en muro que ensaya el chileno César Valencia Donoso: “Habitar la muerte es perder el miedo a padecerla”, escribe. Empero, será su compatriota Claudia del Fierro quien trabaje la identidad como construcción y performance en el espacio público integrando teorías de simulación y traslación identitaria. ¿Cómo? Al convertirse en una "turista urbana", mediante el uso de una peluca y atuendos específicos encarna la teoría del self postmoderno donde el sujeto intercambia su esencia “fija” por una multiplicidad de representaciones.

Nombre del artista: Melania Lynch. Título de la obra: Los heraldos negros. Año: 2024. Técnica / Materialidad: Intervención en el espacio de carácter sitio específico, utilizando papel, cartón, plásticos, piedras y objetos residuales. Dimensiones: Variables

He aquí una identidad performada, simulada y enmarcada en una ciudad como Santiago, escenario de un conflicto simultáneamente propio y ajeno. La intervención fotográfica, delegada a transeúntes, cuestiona la autenticidad técnica, impugna la noción de autoría y exacerba la idea de la imagen como simulacro. Recordemos que la teoría poscolonial de Homi K. Bhabha habla de una tercera espacialidad, un área intersticial donde las identidades no son ni una cosa ni la otra sino híbridos culturales que desafían la pureza de las identidades nacionales.


Este intersticio, perfectamente puntuado por el sociólogo oriundo de Bombay, se materializa en la piel convertida en un archivo de marcas culturales, signos de desplazamientos que nunca se borran del todo. ¿Qué piel corporeiza Claudia del Fierro? Una y todas: el cuerpo migrante es siempre una inscripción incompleta, un palimpsesto donde el lenguaje de lo nacional ha sido suplantado por las cicatrices de la diáspora.


Corvalán-Pincheira trazando una efímera "Costa Seca" .

(iv) Mapa corporal: entre el caos y el cosmos.

 

En el corazón de esta muestra yace una paradoja fundamental: el mapa. Esa construcción cartesiana, que busca organizar el espacio de manera racional, se enfrenta aquí a su propia imposibilidad. ¿Pruebas? "Costa Seca" de Máximo Corvalán-Pincheira (Chile) utiliza una acción performática para representar la imposibilidad de fijar fronteras en territorios transitados por gente que camina. La frontera peruano-chilena, por ejemplo. La obra critica la futilidad de las divisiones geopolíticas y resalta cómo los desplazamientos humanos desafían las imposiciones estatales en un entorno natural que, como el mar, lame la arena y borra una y otra vez esa absurda frontera.


“Fuera de margen” del chileno Ricardo Villarroel Corvalán trabaja también sobre la misma imposibilidad de toda línea divisoria, que en los “Cuatro puntos cardinales” del colombiano Diego Quintero Restrepo pervive y se agudiza enmascarada bajo estrategias lúdicas. Para que su compatriota Diego Quintero Restrepo rompa la idea del amor, esa florescencia corporeizada en un fluorescente, en su “All you need is love". Ningún mapa contiene al viajante. Ni la máquina de escribir Hermes, vinculada al dios de la migración, que Jerry Martin en sus “Pasos de Hermes” emplea para simbolizar el tránsito y la transformación.

Líneas transfronterizas Perú-Chile que la madre naturaleza, sabia ella, ignora.

Y es que, claro, ya lo había anunciado Foucault en su análisis del poder y el espacio: todo mapa es una herramienta de vigilancia y control. Sin embargo, los cuerpos migrantes se resisten a ser mapeados. Ellos operan como flujos de energía desbordando cualquier intento de control. Al igual que en la obra de Richard Long, cuyas caminatas registran un tránsito efímero por el paisaje, los cuerpos de los migrantes trazan mapas que son, en esencia, invisibles para los aparatos de control estatal. Esta invisibilidad, lejos de ser una carencia, se convierte en un acto subversivo: es el caos del nomadismo lo que desafía al cosmos del orden cartográfico.


(v) Nomadismo como resistencia biopolítica:

 

Giorgio Agamben, en su concepto de nuda vida, nos recuerda que el migrante es el paradigma contemporáneo de la vida reducida a su mera biología despojada de derechos políticos. No obstante, esta misma nuda vida puede convertirse en un espacio de resistencia y poderío biopolítico. Veamos algunos dispositivos donde los artistas exploran la capacidad del cuerpo para sobrevivir a la violencia simbólica de las fronteras: en "La orgía latinoamericana (ejercicios de remezcla)", el chileno Mario Z explora las dinámicas de migración cultural a través de la remezcla audiovisual de festividades y rituales.

Nombre del artista: Sun Cok. Título de la obra: Chi Fan 吃饭. Año: 2024, Técnica / Materialidad: Instalación interactiva, tinta china, utensilios de cocina chinos, pantallas digitales, sonido e imágenes animadas. Dimensiones: Variables.

Las influencias externas que intervienen en la vida cotidiana latinoamericana —redes sociales y poderes globales— evocan un flujo constante de tradiciones e identidades reformuladas. Este video cuestiona cómo los lenguajes y prácticas culturales migran, se adaptan y chocan dentro de un espacio postcolonial en constante transformación. O se adaptan, como “Chi Fan” del peruano Sun Cok retratando al sempiterno chifa chino permeado en la indómita tierra del Sol. O mutan, como aparecen en la serie “Decoro epidérmico / Territorio cifrado de Vogel. Y con su inocultable precariedad en los “Sujetos del Blue Sky” del también chileno Víctor Hugo Bravo.

Artista: Carolina Kecskemethy. Nacionalidad: Peruana. Título de la Obra: Ameublement familiale (Les gobelins des cousins germains) / Mobiliario familiar (La tapicería de mis primas hermanas)- Año: 2024. Técnica / Materialidad: Instalación de 6 tapices o mantos, telas vintage con aplicaciones de materiales reciclados, antigüedades, pinturas acrílicas sobre tela, entre otros Dimensiones: Dimensiones variables (aprox. 3,60 x 4,50 m).

En "Tendiendo voces: de la casa a la calle", la ropa extendida de su compatriota Paula Farías metaforiza el éxodo de las mujeres hacia una nueva identidad colectiva reclamando espacios históricamente negados. La peruana Carolina Kecskemethy, en "Ameublement familiale", aborda destierros y peregrinaciones varias a través de la conexión ancestral. La creación de tapices con materiales reciclados e históricos generan un mapa íntimo de su linaje, las diásporas familiares que habitan en su ADN en una narrativa textil de desplazamientos.


Con instalaciones de video, gráficos y textiles militares, "narColombia" de Juan Melo se sumerge en la migración forzada generada por el conflicto armado y el narcotráfico en su país en una serie que refleja la devastación de las comunidades más vulnerables obligadas a irse, flujo migratorio divergente que desenmascara las consecuencias del extractivismo y el poder neoliberal, denuncia compartida por el santiaguino Mauricio Bravo en su "Serie: Archivos para pensar nuestra derrota". Así, la mirada crítica que atraviesa estas obras resuena con la idea de comunidad inoperante formulada por Jean-Luc Nancy, donde lo comunitario ya no se funda en una identidad compartida sino en la co-presencia de seres que, en su precariedad, encuentran un nuevo sentido de ser-juntos.


Artista: Ricardo Villarroel Corvalán. Título de la Obra: Fuera de Margen Año: 2024

(vi) La piel, esa superficie imposible:

 

En Desde la otra orilla: Migraciones, un mapa corporal, el cuerpo migrante se nos presenta como el lugar de inscripción de una experiencia que, en términos foucaultianos, es inasible. La piel, vista por el antes poeta que publicista Humberto “Chini” Polar, resulta especialmente notable: para grabar “Principia” viaja hasta la frontera de Tijuana con San Diego y hace foco en un punto curvilíneo hormonado con postes de vigilancia, alambres, púas, autopistas sensibles al calor y demás arsenal de control electrónico con que está provisto el doble muro de Trump, ese sicópata.


Basta esa secuencia de videoarte para demostrar que aquella frontera, como cualquier otra, no es un punto fijo e invulnerable sino una superficie permeable donde se inscriben los códigos de un devenir que se niega a ser domesticado por la normatividad estatal. Siguiendo a Judith Butler, podría argumentar que el cuerpo migrante es una forma de performatividad que vulnera las normas de inteligibilidad social. Y ya sabemos que la piel, al igual que el lenguaje, es un espacio de negociación y conflicto donde los significados nunca son estables. A veces se encienden, pero siempre se apagan.

Nombre del artista: Víctor Hugo Bravo Título de la obra: Sujetos del Blue Sky. Serie: El Crepitar de los Insectos. Año: 2024. Técnica: Tela cruda, pintura industrial, costuras Dimensiones: Variables.

Como aquellas bombillas de 25 Watts en proceso de extinción que apenas se alumbran a ellas mismas. Sonidos de cajas de música que pierden su resonancia en unas ruinas sin memoria: eso es “Un sonido desvencijado” del chileno Francisco Sanfuentes. Eso también es la figura “Desgastada por el tiempo, la memoria” sobre papel deteriorado hecho a mano y adhesivo de almidón de Carolina Salinas. Coherente, “Rápidamente… el tiempo” titula Nicole Franchy a su reclamo eco-feminista a partir de un still. Y como telón de fondo, la piel del que se va: ese palimpsesto de las migraciones, ese archivo siempre en proceso de borrarse y reinscribirse.


(vii) Tejedores de una nueva ontología:

 

Los artistas son los flâneurs de esta era digital, tejedores de un territorio ontológico que se despliega en una multiplicidad de capas semióticas. Como las del colectivo chileno Línea de Borde: “El armario" representa el desplazamiento físico y emocional de sus integrantes, dispersos entre Bolivia, Argentina y España. Es la fragilidad y adaptabilidad del sujeto que pone su cepillo de dientes en la mochila y se va, caminante no hay camino, allende los mares.


Para que su identidad se resignifique en nuevos territorios y evoque el trabajo de Ai Weiwei, quien en su documental "Human Flow" problematiza la crisis migratoria global como un fenómeno estético y político que trasciende la visibilidad inmediata y nos invita a pensar el exilio como una condición humana universal. Utilizando yeso y lápiz como símbolos de fragilidad, "El que va por semilla..., el que va por Lima" de la boliviana Manuela Arnal refleja la naturaleza fragmentada propia de entidades en tránsito y reconstrucción. Entidades "Sin título", como ese anónimo en cartón que evoca la precariedad del que no es de ningún lugar. Sin título reconocible: así es como Marcel Velaochaga refuerza la condición marginal del migrante en un mundo que lo reduce a cifras.

"Ropa" extendida por Paula Farías metaforizando el éxodo.

En alguien "Fuera de Margen", así es como Ricardo Villarroel Corvalán aborda el fenómeno: una línea divisoria de tierra negra que simboliza las fronteras físicas y simbólicas a cruzar. La obra interactúa con el espacio, obligando al espectador a enfrentar esa frontera, mientras las sombras y siluetas proyectadas evocan la incertidumbre de los desplazados. Su vulnerabilidad y resistencia, como en "Mujer y su pequeño hijo en brazos vienen arropados de lugares lejanos" donde Martín Olavegoya Hurtado (Perú) evoca a la Virgen de la Nube para enfatizar una travesía por fronteras emocionales. Que en "Los heraldos negros" de Melania Lynch (Chile) conecta la masacre de El Frontón directamente con el sufrimiento humano, el dolor persistente y la memoria traumática del cuerpo migrante.


Rodrigo Rojas de Negri en “Lima, Perú. Mayo de 1986

Que se resiste a mirar la cámara de Rodrigo Rojas de Negri en “Lima, Perú. Mayo de 1986”, fotografías que retratan las dificultades de adaptación a un nuevo entorno. Así, todos estos creadores transformarán al desplazado en un lugar de experimentación poética donde el lenguaje y la imagen se entrelazan para revelar la imposibilidad de su representación total. Los exiliados del mundo sin un lugar fijo en el mapa global. Porque el acto de migrar es una metáfora visual de la condición humana: siempre en movimiento, siempre buscando, pero nunca encontrando.

Intervención en muro del chileno Valencia Donoso.

(viii) Celebración o cooptación: una crítica a la diversidad cultural.

 

En el epílogo de esta muestra, casi al borde de la última frontera, les invito a reflexionar sobre el carácter ambivalente de la celebración de la diversidad cultural. Siguiendo a Slavoj Žižek, podríamos preguntarnos si la celebración de la diversidad no es otra forma de cooptar las diferencias, neutralizarlas para que sean compatibles con los sistemas de poder. La exposición juega con esta ambigüedad, exponiendo la tensión entre la visibilidad de lo diverso y su potencial neutralización. Los cuerpos migrantes, al ser estetizados, corren el riesgo de integrarse en una lógica de consumo cultural que desactiva su potencial crítico. Sin embargo, los artistas genuinos deberán resistirse a esa cooptación generando obras que no celebren la diversidad como mercancía: la revelarán en forma de espacios de conflicto y posibilidad.

 

(Fin del camino): una herida imposible de mapear.

 

La migración es un acto de dislocación epistemológica. Los cuerpos migrantes son los nuevos espectros de nuestra era que deambulan para recordarnos, como lo haría Derrida, que todo mapa es una trampa. Una ilusión que esconde las grietas de lo real. Pero lo que queda tras la migración no es un nuevo mapa sino un desgarro. Que nos interpela y cuestiona nuestras propias formas de habitar este mundo. Y al final del camino, antes de cruzar esa última frontera, antes de irme a donde nunca estuve, les dejo una pregunta: ¿Podemos realmente cartografiar lo que escapa a toda representación? Quizás el arte no sea más que eso: una máquina de generar preguntas, de descubrir cicatrices que no desaparecen y de ir abriendo heridas que nunca cierran.



Hermes. Jerry Martin

Lugar: Casa Fugaz

Dirección: Jr. Constitución 250. Callao Monumental

Artistas participantes: Fernando 'Coco' Bedoya, Mauricio Bravo, Víctor Hugo Bravo, Máximo Corvalán-Pincheira, Paolo di Girolamo, Marco Duran, Paula Farías, Nicole Franchy, Paula García, José Guedes, Haroldo Higa, Carolina Kecskemethy, Kardo Kosta, Mariela Leal, Aureliano Lecca, Carlos Llerena, Tiare Diamanda López, Melania Lynch, Jerry Martin, Juan Melo, Claudia Monsalves, Martín Olavegoya, Humberto Polar, Diego Quinteros, Carolina Salinas, Francisco Sanfuentes, Sun Cok, Luis Torres Villar, Carlos Vaca, Marcel Velaochaga, Ricardo Villarroel, Mario Z., Línea de Borde (Alejandra Dorado, Virginia Errázuriz (Pikina), Mariel Altobello, Catherine Gelcich, Sol Frugone, Ana María Espiñeira, Claudia Tapia, Cecilia Ramírez).

Horario: Martes a domingo 11:00 am a 6:00 pm

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